ROMANCE DEL ALJARAFE ENLADRILLADO

A Toñi y Manuel, en Brighton y en Mairena

 

Mileurito es un joven

que se quiere comprar casa,

y busca en el Aljarafe

para casarse mañana.

 

Se va a Mairena, a Tomares

S. Juan, Castilleja, Camas:

¡hay que irse ya más lejos

de Sevilla y de su trama!

 

Aljarafe enladrillado

-por lo visto nadie ha sido-

...pero ahora piden votos

y les daremos... ladrillos.

 

¡Esto será un bulevar!

¡Allí adosados sin fin!

¡Carreteras y colegios!...

(y el dinero para mí).

 

Negociar con constructores,

piensa el político sano:

no sé de quién fue el dinero

pero yo fui el pagano.

 

Ya tenemos casi un Metro...

¡Hay que ver qué gran derroche!:

que no hay un metro de tierra

ni para aparcar los coches.

 

Banderas de “urbanizable”,

Aljarafe a reventar:

¡Ya está bien tanto negocio!

¡vamos “a desbanderar”!

 

Por todas partes nos faltan

“infraestructuras viarias”;

pero se ve un gran parque...

de vallas publicitarias.

 

Con su sueldo, mileurito

no encuentra nada de nada

y siendo universitario...

consulta con la almohada.

 

“El casado, casa quiere”

antes el refrán decía...

pero ahora hay que casarse

pa tené casa algún día.

 

¡Vaya panda de chorizos

de que estoy yo rodeao!

¡Da vergüenza y da mieo

qué cultura me han legao!

 

¡Cómo estará el constructor

de contento y de campante!

¿Yo, paganini de turno,

que me calle y que me aguante?

 

¡Empresario enladrillado,

dientes de oro y de plata,

con la cara de cemento

y el corazón... de hojalata!

 

Para que sean millonarios

¡cuántos jóvenes sin techo!

¡cuánto subempleo inmigrante!

¡cuánta ciencia sin provecho!

 

¿Cómo apoyaros, mafiosos

si sobran miles de muros

y construís destruyendo

naturaleza y futuro?

 

Corrompéis a los políticos,

que se dejan corromper,

y presionáis, implacables,

a quien no quiere ceder

 

¿Y los jueces qu´es lo que hacen?

¿No hay aún jurisprudencia?

Si quieren que les respeten

¡que no haya connivencia!

 

No queremos olvidarnos

aquí ahora de la Bolsa:

que ella decide quién vive

como si fuera la diosa.

 

Y nos toca ahora a todos

examinar la conciencia:

Que sólo juzgamos bueno

nuestra cartera... y herencia.

 

Y aquí termina el romance

de Mileurito el valiente

que no se compró una casa...

como otra mucha gente.

 

Manolo Bordallo, Abril 07