Hay ocho grandes puntos negros medioambientales en el Gran Sevilla

2/11/2008 El Correo de Andalucía. A.Serrato / M. Morgado

El de Aznalcóllar fue el mayor desastre ecológico de España, y ocurrió en el área metropolitana. Una década después, otros peligros, tras los que también se esconde la mano del hombre, acechan. Los vertidos al río Guadaíra o la invasión de vías pecuarias son algunos de los que mantienen en pie de guerra a los ecologistas.

En abril de 1998 reventó la balsa que contenía los residuos de la mina de pirita de Boliden. El vertido tóxico contaminó el río Guadiamar, más de 4.000 hectáreas colindantes e, incluso, rozó el Parque Nacional de Doñana. Fue una catástrofe también a otros niveles, ya que la empresa quebró y cientos de personas perdieron su trabajo.

Precisamente, son esos empleos los que a veces quitan el sueño a quienes más luchan contra los daños medioambientales, como explica el coordinador en Sevilla de Ecologistas en Acción , Isidoro Albarreal. Por eso, reivindica su lucha como una tarea de prevención e insta al resto de ciudadanos a movilizarse “y no sólo a informar a los grupos de ecologistas de lo que ocurre en sus ciudades”. Yes que, al fin y al cabo, este doctor en Matemáticas recuerda que ellos no son profesionales de la actividad ecologista, sino voluntarios.

Esta agrupación tiene a la mina de Cobre las Cruces, que se levanta en Gerena y en parte de Guillena y Salteras, en el punto de mira desde 2000 y tuvieron que esperar al pasado mes de septiembre para ver cómo la Fiscalía de Sevilla presentaba una querella contra el proyecto, por supuestos delitos contra el medio ambiente y daños valorados en 322.381 euros, además de “alterar el curso de las aguas” y llevar “arsénico” hasta el acuífero de Niebla-Posadas, extremos todos negados por la empresa.

“Muchas veces se autorizan proyectos que no se deberían hacer y con esta mina veníamos de Aznalcóllar: sobre un papel es fácil arreglar las pegas, lo difícil es solucionarlas de verdad”, insiste el ecologista, para quien éste es uno de los mayores problemas del área metropolitana hoy día en el tema medioambiental.

Pero hay otros frentes: arroyos que se desbordarán por alterar su cauce o restos arqueológicos que desaparecerán bajo un arcén son algunos ejemplos. En la Delegación Provincial de Cultura no es raro ver a los miembros de Aljarafe Habitable aguardando a que su titular, Bernardo Bueno, les reciba, con el representante del colectivo en Valencina de la Concepción, Eduardo Apellániz, con los brazos llenos de carpetas y mapas que muestran si una carretera o un centro comercial en proyecto afectarán o no al dolmen de Montelirio, o si habrá contaminación acústica...

Los ecologistas aseguran que otros problemas no son tan evidentes pero están más generalizados, como la invasión de las vías pecuarias, algo que “afecta a toda la provincia y que están permanentemente ocupadas”, en su opinión. Son de titularidad pública pero en ocasiones se utilizan para urbanizarlas, con lo que no sólo estamos perdiendo patrimonio público, sino también un buen sistema de caminos.

La Consejería de Medio Ambiente tiene en marcha un programa para recuperar estas vías pecuarias y ya se van viendo los resultados, como también cuenta con un plan, desde hace años, para el río más contaminado de Andalucía: el Guadaíra.

Los ecologistas de Alwadi-ira lo tienen como bandera en Alcalá de Guadaíra. Reconocen que desde hace año y medio se nota la mejoría. La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) llegó a retirar las competencias sobre la red de saneamiento al Ayuntamiento de Morón de la Frontera, de cuyas industrias provienen muchos de los vertidos, aunque se las devolvió pronto. La Fiscalía de Medio Ambiente también inició una causa contra el Ayuntamiento de Morón de la Frontera y los empresarios por el mismo motivo. “Se actúa, pero es una pena que se llegue a la vía penal cuando se tendría que hacer solucionado con las administraciones”, se lamentan desde Ecologistas en Acción.

Igual que el Guadaíra, al arroyo Culebras también sufre vertidos desde Dos Hermanas, según explica la misma asociación, que alerta de las obras y recuerda que por alterar el cauce, “en pocos años habrá inundaciones”.

Éstos son los temas medioambientales que más preocupan en el área metropolitana, un territorio englobado por 46 municipios y eminentemente urbano pero que, a pesar de lo que pueda parecer, tiene protegido prácticamente el 50% de su suelo en el marco del Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Sevilla (Potaus).

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LA CONFEDERACIÓN HIDROGRÁFICA DEL GUADALQUIVIR TRANSFORMA EL  GUADIAMAR EN UN CANAL DE RIEGO

Sevilla, 31 de Octubre de 2008. Ecologistas en Acción. Nota de Prensa.

La decisión de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir de conceder aguas del embalse del Agrio en Aznalcóllar a los regadíos de las marismas de Doñana, en la zona conocida como los Hatos,  va a convertir el corredor ecológico del río Guadiamar en un Canal de riego al servicio de regantes que han estado sobreexplotando el acuífero mediante regadíos que son en buena parte ilegales.

Ecologistas en Acción denuncia que esta actuación supondrá premiar a grandes propietarios de las tierras que han estado sobreexplotando de forma ilegal el acuífero, regando grandes extensiones sin autorización y que han estado extrayendo durante más de quince años mucho más agua de la que tenían autorizada. Esta sobreexplotación ha generando un grave problema ecológico por la caída del nivel del acuífero que ha resultado letal para las comunidades de fresnos de la vera y para la reproducción de aves acuáticas.

La conservación  de nivel del acuífero es vital  para mantener los niveles de agua de la marisma en periodos críticos de la reproducción de aves acuáticas y la supervivencia de especies como los fresnos centenarios de Doñana precisan tener el acuífero al alcance de sus raíces. Fresnos de más de 200 años que han superado sequías históricas sin problema han muerto durante los últimos quince años por la influencia de estos regadíos ilegales.

Las aguas del embalse del Agrio llegarían a los Hatos vía río Guadiamar en verano, revirtiendo el régimen natural de caudales del río, por lo que la disminución de regadíos con aguas del acuífero se hará a costa de mantener el regadío ilegal y convirtiendo el Guadiamar, paisaje protegido y Corredor ecológico, en un canal de riego al servicio de intereses privados, lo que impedirá  que el Guadiamar se restaure de forma integral y conserve su régimen natural de aguas. La corrección del impacto sobre el acuífero se debe realizar exigiendo el cumplimiento de las concesiones de riego legales y si no es suficiente realizar las limitaciones a las captaciones que la ley impone a un acuífero sobre explotado.

Ecologistas en Acción exige de la Junta, como inmediata gestora de la Confederación, que aplique los criterios de sostenibilidad del acuerdo andaluz por el agua que está impulsando y anteponga los intereses generales de conservación de un río a los de particulares, garantizando el régimen natural del Guadiamar, uno de los pocos ríos no regulados de Andalucía.

Ecologistas en Acción va  a solicitar que este asunto se trate en la próxima reunión del consejo de participación del Espacio Natural de Doñana, exigiendo un posicionamiento vinculante de este organismo antes de avanzar en una concesión lesiva para la conservación del Guadiamar y de Doñana.